Lo que si disfruté

El tiempo fue el protagonista negativo de esta Semana Santa. Treinta y tres hermandades se quedaron sin hacer estación de penitencia a la Santa Iglesia Catedral, un poco más de la mitad. Aplausos, lágrimas, juntas divididas, decisiones cuestionables, colas en la puerta de los templos, fueron la tónica predominante durante esta semana. Por eso, los cofrades sevillanos nos vimos obligados a disfrutar como nunca de las jornadas que nos regalo este caprichoso tiempo: Domingo de Ramos, Lunes y Miércoles Santo.

Sevilla recibió el Domingo de Ramos con esa luz que solo ella tiene. Cielos despejados y calor para disfrutar del día más bonito de la ciudad.
Desde El Porvenir la Virgen de la Paz nos decía su advocación a través de su palio blanco. Después, en la Plaza del Molviedro, disfruté con la compleja salida de Jesús Despojado. La segunda marcha que le tocaron al Cristo explica el por qué la banda Virgen de los Reyes toca de domingo a domingo. La Cena dejó una imagen para la historia de la ciudad al ser la primera hermandad que pasó bajo el arco de las setas de la Encarnación. Mejoró mucho la opinión que tenía de los candelabros de guardabrisa en el misterio de La Cena una vez vistos en la calle, y por supuesto, ganó en luminosidad. Maravilloso también ver San Roque y escuchar los primeros sones de Centuria -que siempre suene esta banda en Sevilla- así como disfrutar de un palio como el de la Virgen de Gracia y Esperanza, uno de los que mejor suena en Sevilla. Recomiendo a todos ver la Hiniesta ya de regreso a San Julián. En mi caso vi al Cristo de la Buena Muerte en San Marcos donde Buena Muerte, María Magdalena, San Marcos y banda de Arahal hace un marco incomparable. La sobriedad, seriedad y perfección en el cortejo vino desde la calle Feria con La Amargura, una hermandad que hay que ver desde su abrazada cruz de guía hasta el último músico. Los primeros nazarenos de ruán llegaron con El Amor que acompañaban a ese portentoso crucificado y a María Santísima del Socorro. Con la Virgen del Socorro y su exquisito repertorio musical puse el broche a un día esplendoroso.

La Semana Santa se empezó a torcer ya en el Polígono San Pablo cuando El Cautivo decidió no salir. Curioso lo de esta hermandad que el año pasado salió y se mojó muchísimo y este año no salió y no cayó una gota de agua en todo el día. Gracias a dios el día se arregló y pudimos disfrutar de un Lunes Santo que hace cinco años hubiera sido completo.
Me encantó el misterio de La Redención, para mí el misterio que mejor anda en cuanto a estilo. Hablando de cuadrillas, perfecta como siempre la del Soberano Poder ante Caifás aunque para mí abusa mucho de los cambios. Setenta cambios hizo en la Campana, la segunda que hizo más cambios fue El Carmen Doloroso con treinta y siete. Me sorprendió lo bien vestida que iba la hermosa Virgen de las Tristezas de Vera-Cruz, maravilloso. Como espectacular fue también ver como ha quedado el paso de Cristo de la hermandad de las Aguas donde los hermanos Caballero han vuelto a hacer otro gran trabajo. Este Lunes Santo lo despedía con la Virgen de las Aguas de El Museo. La sensación después de ver es palio de proporciones perfectas y haber escuchado las previsiones meteorológicas para los siguientes días era que poco más vería esa Semana Santa.

Y no se equivocaron, el Martes Santo amaneció metido en agua y seguiría todo el día con la misma tónica. Día de transistores, de decisiones discutibles, de aplausos, de lágrimas en los templos, de vía crucis. Solo dos cofradías decidieron salir después de prorrogar su salida hasta el máximo permitido. La primera Los Javieres, la cual de la mano de Maruja Vilches abrió sus puertas para que la cruz de guía no pudiera dar un paso más por motivo de la lluvia. Muy criticada fue esta decisión pero pienso que todos deberíamos recordar lo que ha hecho y está haciendo Maruja Vilches para el mundo de las cofradías. Menos justificado está lo que tardó el misterio del Dulce Nombre al sorprenderle la lluvia cuando apenas había abandonado la plaza de San Lorenzo. Plaza que, como si de una maldición se tratara, se iba a quedar sin ver salir ninguna de las tres hermandades que inician y culminan allí su estación de penitencia.

El tiempo quiso regalarnos el Miércoles Santo, y a mi en concreto realizar la estación de penitencia con mi hermandad de Los Panaderos que transcurrió con normalidad. La única incidencia fue sobre la una de la madrugada cuando empezaron a caer unas gotas de lluvia haciendo el murmullo del público y el mayor nerviosismo mío, pero solo se quedó en unas gotas. La recientemente coronada Virgen de Regla fue lo último que pudieron ver los sevillanos hasta que la hermandad de El Sol, el Sábado Santo, decidiera salir para posteriormente refugiarse en la catedral. Dicha hermandad mantuvo al cortejo en la catedral hasta las nueve cuando el tiempo dio una tregua y volvió a su barrio de El Plantinar. El dichoso tiempo nos dejó sin Jueves Santo, Madrugá, Viernes Santo ni Sábado Santo. Demasiado.

Pero la Semana Santa de Sevilla, aunque sea tan mala como la de este año, siempre deja imágenes para el recuerdo. Para la Semana Santa de la memoria quedará el discurrir de los armaos de la Macarena por las calles de Sevilla. En vista de que ninguna hermandad del Jueves Santo había salido fui a la Plaza de San Lorenzo. Después de una hora esperando, un reguero de plumas blanca apareció por Cardenal Espínola a los sones de Abelardo. Pero los momentos más emotivos se vivieron cuando al salir de la Basílica del Gran Poder la mayoría de los armaos iban llorando. No sabía si por sentir de cerca al Señor del Gran Poder o porque intuían que no podrían acompañar a la Señora de Sevilla en esa noche mágica. Y la plaza le intento transmitir con gritos de ánimo y aplausos lo que hacía unos minutos nos habían transmitido ellos al irrumpir en la plaza para llevar Esperanza a todos. Por todo lo que allí se vivió y lo que anteriormente se había vivido en Hospital Infantil mientras haya armaos hay Esperanza y por supuesto Madrugá. Como ellos mismos decían en la salida: “Roma sale a la calle, porque el agua no puede con Roma”.

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